Let´s go Heats!!!
Alejandro Peñalva.// Como bien dijo Murphy en una de sus muchas leyes: “Lo que mal empieza, mal acaba”. En contra de esta ley, los Maicoperos unidos bajo un mismo grito y mirando todos a un mismo punto conseguimos obtener la victoria. Con victoria no me refiero al triunfo del equipo de casa frente a los Toronto Raptors (del extremeño Calderón), sino al premio que todos conseguimos el pasado domingo.
Después del viaje de Caracas a Miami llegó el necesitado domingo. Todos teníamos planes para ese día, pero al levantarnos fue (como bien dice Peter Griffin): “¡Zas en toda la boca! Estaba nublado, y la piscina y demás opciones acuáticas quedaron descartadas. Conseguimos ponernos de acuerdo para hacer algo en común y casi todos matamos la mañana haciendo uso de esas cosas de plástico que tenemos en las carteras y que en ocasiones nos hacen tan felices…
Después del viaje de Caracas a Miami llegó el necesitado domingo. Todos teníamos planes para ese día, pero al levantarnos fue (como bien dice Peter Griffin): “¡Zas en toda la boca! Estaba nublado, y la piscina y demás opciones acuáticas quedaron descartadas. Conseguimos ponernos de acuerdo para hacer algo en común y casi todos matamos la mañana haciendo uso de esas cosas de plástico que tenemos en las carteras y que en ocasiones nos hacen tan felices…
Al fin llegaron las 4 pm y estábamos casi todos en la puerta del hotel para salir; casi todos… Por suerte, y gracias a la carrera de un uruguayo que andaba por allá, nuestros dos últimos miembros consiguieron unirse al grupo.
Según íbamos llegando, nuestras caras se empezaban a iluminar con los colores de alegría que sientes al asistir a un espectáculo como éste. Los ojos empezaban a no caber en la cara, el cuello se nos doblaba por no saber dónde mirar, la sonrisa se nos acabó de tantas fotos…
Una vez dentro todo eso se quedo pequeño. La cantidad de sonidos, colores y compras nos volvió llevar a un nuevo mundo de fascinación del que sólo pudimos bajar con un buen plato de alitas de pollo.
El partido fue un verdadero desastre, fuimos perdiendo durante los 3 primeros cuartos, pero al final conseguimos la victoria gracias a un magnífico Wade y a los apoyos del incondicional Quique Borba -alumno del máster-. ¡Todo un auténtico fan!
A la vuelta todo eran risas y recuento de lo vivido durante los 50 minutos de juego, pero aún faltaba lo mejor: las risas del metro gracias a una camiseta 3XL, ¿os acordáis? ¿Y del chico del póster?
Llegamos al hotel y nos cobijamos en nuestras habitaciones, pero estoy seguro de que todos lo hicimos con un tremendo recuerdo de todo lo vivido en ese especial domingo, que había comenzado siendo un día gris.
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