Pablo Martín. //
Momento MAICOP
El transporte es para cobardes, los maicoperos recorremos cada rincón de la ciudad andando. La mañana ha tenido actividades intensas y cansadas, pero nada puede frenar nuestro ímpetu: caminamos hasta el cementerio de Arlington, recorremos el campo santo y después vamos al monumento de Iwo Jima, donde tratamos de imitar la posición de los soldados aprovechando una farola cercana. Allí miramos el mapa, algunos plantean regresar al hotel en metro, pero a lo lejos, entre la bruma de la distancia, se divisa el edificio de la Georgetown University, ¿cómo no vamos a visitarlo? Otra caminata, otro cuarto del mapa a pie. Subimos las cuestas y visitamos los edificios: es genial. Estamos agotados, podríamos volver en taxi, pero entonces no conoceríamos las calles del Downtown y podríamos perdernos algún nuevo momento MAICOP.
MAICOP de Oro
Ángel Iglesias: no es fácil atreverse a hacer de traductor del profesor en una clase delante de todos tus compañeros y del propio director del máster, puedes terminar haciendo el ridículo, pero Ángel es así. Se lanza con valor contra lo que sea y siempre termina triunfando porque en su clara mirada cabe toda la confianza del mundo. Por su arrojo, por su liderazgo dentro del máster, por ser un escultor de sonrisas y un arquitecto de buenos momentos y también, claro, por llevar las alas de la noche.
0 comentarios:
Publicar un comentario